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A simple vista, el símbolo del bolso podría parecer un elemento común, una talla habitual en una cultura antigua. Sin embargo, su presencia se extiende desde Mesopotamia hasta Mesoamérica, abarcando Asia, África, Europa, América del Norte e incluso islas remotas en medio del océano. ¿Qué significan estos bolsos? ¿Y por qué se repiten incansablemente en culturas separadas por siglos y miles de kilómetros? 

Culturas que nunca se cruzaron, muchas veces sin conciencia alguna de la existencia mutua. Esta incógnita ha desconcertado a los arqueólogos durante generaciones. Recientemente, ha emergido una respuesta que no solo desvela la naturaleza de estos bolsos y su aparición universal, sino que también transforma nuestra comprensión de la historia humana. En este vídeo, exploraremos estas cuestiones y quizás, finalmente, desentrañemos este misterio de una vez por todas.

El enigma de las tallas de los bolsos no se limita a unos pocos lugares o a una sola región, sino que se extiende por todo el globo. Desde Mesopotamia, con presencia en las obras de sumerios, asirios, babilonios, hasta los imperios Mitán y Fénicio, y antiguos armenios. Cruzando océanos, los bolsos aparecen en obras mesoamericanas anteriores a aztecas, mayas e incas, incluyendo a los imperios olmeca, tolteca y tribus antiguas de Veracruz. Se manifiestan en Asia, en obras de indios y antiguas tribus de Indonesia. Los etruscos en Italia, el imperio hitita en Turquía y antiguos bosnios también los representaron. Incluso se encuentran en petroglifos de nativos norteamericanos y en el enigmático sitio de 12.000 años de antigüedad conocido como Gobekli Tepe. Podríamos seguir enumerando, pero la certeza es clara: los bolsos están omnipresentes. La pregunta fundamental persiste: ¿Por qué? ¿Por qué estas antiguas culturas representan lo mismo?

La explicación más sencilla y propuesta por los científicos menos imaginativos es que no hay ningún misterio tras estas tallas de bolsos. Simplemente, son representaciones mundanas de bolsos comunes, nada especial ni misterioso. Esta explicación puede parecer lógica a primera vista, pero al profundizar, los bolsos esculpidos en esculturas de todo el mundo no se presentan como objetos mundanos de uso diario. Se ven, una y otra vez, en manos de deidades y en escenas míticas. No es que estas escenas míticas estén repletas de otros objetos cotidianos, entonces, si los bolsos son meramente bolsos, ¿por qué se representan en estos contextos? No parecen desentonar entre dioses y mitos. Además, no es solo que aparezcan en diferentes culturas, sino que parecen ser siempre el mismo bolso específico.

Si todas las culturas utilizaban bolsos, ciertamente estos deberían presentarse en una variedad infinita de formas, tamaños y diseños. Sin embargo, las tallas descubiertas en estas culturas muestran una sorprendente similitud. A menudo, incluso se sostienen de la misma manera: en la palma de la mano con los dedos hacia arriba. Piensa en otros objetos creados por cada cultura y cuán diferentes pueden ser, desde armas hasta vehículos, cerámica, dioses, música, y más. Afirmar que las tallas de bolsos encontradas en culturas de todo el mundo son simplemente bolsos parece plantear más interrogantes que respuestas.

Algunos creen que estas tallas de bolsos representan un significado más profundo: una antigua representación del cosmos. Según esta teoría, el asa semicircular del bolso simboliza el hemisferio del cielo, mientras que la base cuadrada sólida representa la tierra. Se ha planteado que esto tiene una connotación espiritual, pues el encuentro entre tierra y cielo simboliza la unificación de los elementos materiales y no materiales de la existencia, la conexión entre lo divino y lo terrenal. Sin embargo, la mayoría de las culturas que representaron estas tallas de bolsos tenían una comprensión cosmológica sofisticada y tradiciones religiosas detalladas, reflejadas en obras de arte y construcciones meticulosas. Sugerir que estas culturas representarían el cosmos o conceptos míticos con un semicírculo y un cuadrado no concuerda con sus representaciones habituales. Además, esto no explica por qué se muestra esencialmente el mismo bolso una y otra vez. Seguramente, estas culturas tenían concepciones diversas del cosmos y de lo material e inmaterial, de lo contrario no reflejarían todos una descripción tan simplista. Parece que una explicación más profunda es necesaria y, efectivamente, algunos han ido mucho más lejos.

Para algunos, estos bolsos no se parecen a bolsos antiguos comunes, sino a los bolsos de diseño moderno que vemos hoy en día. Esto ha llevado a la teoría de que parecen bolsos modernos porque, en realidad, están en manos de viajeros en el tiempo que visitaron civilizaciones antiguas. Aunque esta teoría puede parecer parte de las más increíbles conspiraciones, basándose en representaciones encontradas en sitios antiguos, es difícil culpar a quienes sugieren esta hipótesis. Una y otra vez, se han descubierto tallas en sitios antiguos que parecen representar cosas que los antiguos no habían inventado aún. Por ejemplo, una talla griega antigua muestra a una mujer usando una computadora portátil con puertos para cables. En un antiguo templo hindú, una talla presenta a una mujer usando un teléfono celular y otra con una tableta y un lápiz táctil. ¿Podrían estas representaciones sugerir viajes en el tiempo? Esa es una historia para otro día. Por ahora, regresemos a las tallas de los bolsos.

El viaje en el tiempo no es la única explicación insólita. Algunos creen haber resuelto el misterio de los bolsos al examinar de cerca un relieve asirio. Observa cómo las figuras con bolsos rodean el árbol de la vida. Se ha sugerido que este árbol se asemeja sospechosamente a una bobina de Tesla en funcionamiento. Este dispositivo, ideado a finales del siglo XIX por Nikola Tesla, estaba diseñado para transmitir electricidad de forma inalámbrica. En Egipto, se encuentran representaciones antiguas de las bobinas de Tesla en los templos más importantes. De hecho, muchos creen que uno de los símbolos más conocidos del antiguo Egipto, el ankh, es una representación real de la tecnología de la bobina de Tesla. ¿Podría ser posible esto? Y si es así, ¿podrían los bolsos sostenidos por las figuras representar alguna herramienta para aprovechar esta energía, como una batería recargable que utiliza la electricidad generada por la bobina de Tesla para alimentar una civilización antigua avanzada? Siguiendo esta teoría, uno podría examinar de cerca una talla olmeca del dios Quetzalcoatl.

La representación de Quetzalcoatl, que significa "serpiente emplumada", muestra a un hombre sosteniendo un misterioso bolso. Este individuo parece estar dentro de algún tipo de máquina, posiblemente pilotando un artefacto volador. Dada la prominencia del bolso, es plausible que fuese la fuente de energía que impulsaba esta máquina. La pregunta se vuelve aún más intrigante al examinar una talla en Veracruz, México, que se asemeja sorprendentemente a un astronauta moderno llevando un sistema de soporte vital personal. Aquí, nos adentramos cada vez más en un laberinto de interrogantes. ¿Podrían estos bolsos tallados por culturas de todo el mundo contener los secretos de alguna fuente de energía o tecnología avanzada en la antigüedad?

Esta teoría, al igual que otras explicaciones para los bolsos ya mencionadas, permanece en el ámbito de la especulación. Sin embargo, existe otra teoría basada no en especulaciones, sino en los registros de los antiguos. Una explicación que une todos estos elementos y presenta una nueva narrativa de la historia humana.

Para comprender esta teoría, es necesario observar de cerca algunas de las tallas individuales de bolsos encontradas en diversas culturas alrededor del mundo, no solo los bolsos en sí, sino quiénes los sostienen. Podemos comenzar con las dos representaciones previamente mencionadas.

Primero, Quetzalcoatl, el antiguo dios olmeca adoptado por mayas, aztecas, incas y muchas otras culturas en América Central y del Sur. Según el antiguo mito mesoamericano, Quetzalcoatl fue una figura que apareció en un tiempo remoto y enseñó a los habitantes primitivos conocimientos y habilidades avanzadas en agricultura, ingeniería, leyes y religión, convirtiéndose en el fundador de las antiguas civilizaciones en la región.

Por otro lado, observa nuevamente las figuras en relieve que rodean el árbol de la vida sosteniendo bolsos. Es importante notar que el árbol de la vida es un motivo crucial en el antiguo arte asirio, y de hecho, en muchas tradiciones mitológicas, religiosas y filosóficas del mundo. Considerado como una fuente de creación, simboliza la conexión entre lo divino y lo terrenal, además de ser un símbolo de conocimiento. Pero al observar más detenidamente, se puede notar que las figuras tienen en sus manos piñas, que para los asirios y en muchas culturas, sirven como representaciones simbólicas de la iluminación humana y la conciencia espiritual, relacionándose con la fertilidad y la vida eterna.

La glándula pineal, una pequeña estructura en el centro de nuestro cerebro, ha sido considerada por numerosas culturas como nuestro tercer ojo y el asiento del alma, y debe su nombre a la piña. Estos relieves presentan un tema común de conocimiento, iluminación, creación y conexión con lo divino.

Pero podemos ir más allá de estas dos representaciones. En el templo hindú Brihadeeswarar, en la India, se observa una talla con el bolso frente a Shiva, considerado el dios supremo del hinduismo. Según la tradición hindú, Shiva fue la primera deidad en llegar a la tierra, el dios creador y protector del universo.

En la isla de Sumba, Indonesia, el bolso aparece representando a Pange. En la tradición indonesia, Pange es el héroe de una serie de historias que influyeron durante siglos en la cultura indonesia. Estas historias representan aspectos de la creación y la vida, y algunos ven en ellas un significado simbólico que se refiere a cómo comunicarse con los dioses.

Incluso si volvemos a la obra asiria, observaremos que las figuras representadas alrededor del árbol de la vida no son el único lugar donde aparecen los bolsos. A menudo, se ven sostenidos por el dios pez o anes, una figura central con diferentes nombres en las culturas y tradiciones mesopotámicas. Según el mito, Oanes fue una figura que apareció en la antigüedad y enseñó conocimientos avanzados a los primitivos mesopotámicos, sentando las bases de la civilización.

La tendencia es clara. No es simplemente que los bolsos aparezcan en todas estas culturas, sino que una y otra vez, se presentan junto a figuras asociadas con el conocimiento, la iluminación, la creación y los cimientos de la civilización, con la relación entre los dioses y los humanos. Esta conexión constante no puede ser mera casualidad.

Para algunos, la conexión va mucho más allá de lo imaginado. Las piezas del rompecabezas fueron unidas por el enigmático autor e historiador Graham Hancock. Para él, todo comenzó al darse cuenta de que el mismo símbolo del bolso seguía apareciendo en culturas de todo el mundo. Su investigación lo llevó desde el antiguo sitio de Gobekli Tepe y su famoso Pilar 43, hasta la talla Olmeca de Quetzalcoatl y las representaciones mesopotámicas del dios pez Oannes. Fue entonces, al estudiar más a fondo la antigua historia de Oannes, cuando una explicación increíble comenzó a tomar forma.

Según el mito mesopotámico, Oannes no era un dios ordinario, sino el líder de un grupo de seres conocidos como los 7 sabios. Hancock se dio cuenta de que estos 7 sabios eran representados sosteniendo el infame bolso en la mayoría de las representaciones. Existe una descripción detallada de los 7 sabios en la obra del sacerdote babilónico Beroso del siglo III a.C., a la cual Hancock recurrió.

Según Beroso, los 7 sabios llegaron a Mesopotamia en una época en la que los primeros humanos vivían sin leyes como bestias del campo. Estos sabios impartieron conocimientos avanzados sobre letras, ciencias, arte, arquitectura, leyes y principios geométricos. Enseñaron a construir casas, fundar templos y cultivar la tierra, transformando la vida de estos primitivos y sentando las bases de la civilización.

Para Hancock, los bolsos sostenidos constantemente por estos 7 sabios podrían ser identificadores, símbolos de una hermandad iniciática antigua y profundamente viajada con raíces que se remontan a la prehistoria más remota. Posiblemente, estos bolsos podrían haber cumplido una función similar a los apretones de manos masónicos modernos, identificando a quienes eran "insiders" y quienes no.

Más crucial aún, Hancock se preguntó cuál podría haber sido el propósito de tal hermandad. La respuesta se reveló al estudiar los antiguos textos mesoamericanos sobre Quetzalcoatl. Al igual que con Oannes y sus siete sabios, Quetzalcoatl no llegó solo, sino al frente de una hermandad de sabios que aportaron conocimientos y habilidades a los pueblos primitivos. Estos registros, que provienen del trabajo de un misionero español llamado Bernardino de Sahagún en el siglo XVI, muestran que la cultura azteca se había desarrollado a partir de tradiciones mucho más antiguas que hablaban de Quetzalcoatl.

Para Hancock, esta evidencia respondía a sus preguntas sobre la misteriosa hermandad. Tanto en México como en Mesopotamia, los mitos y tradiciones conectados con la imaginería y el simbolismo dejaban claro cuál era su propósito: enseñar, guiar y difundir los beneficios de la civilización.

Estos relatos, en esencia, implicaban que los primeros humanos eran cazadores, recolectores, nómadas antes de la llegada de estos sabios, quienes lideraron la evolución hacia la civilización agrícola moderna.

Es notable que el sitio más antiguo donde se han encontrado tallas de bolsos sea también el lugar donde los científicos afirman que tuvo lugar la primera evolución de cazadores y recolectores a civilización agrícola sedentaria: Gobekli Tepe, en la Turquía moderna. Fechado por radiocarbono entre el 9.600 y el 8.200 a.C., este sitio se considera uno de los puntos iniciales de esta dramática evolución, marcando el comienzo de un cambio masivo en la humanidad.

Mientras Hancock contemplaba la famosa talla del Pilar 43 en Gobekli Tepe, comenzó a preguntarse si los bolsos tallados en la parte superior representaban la llegada de los mismos portadores del conocimiento de las historias de Oannes y Quetzalcoatl. ¿Podría el misterioso avance repentino de la humanidad ser resultado de un grupo de sabios que llevó conocimientos avanzados por todo el mundo, enseñando a los humanos primitivos y estimulando su evolución? La historia que empezó a desarrollar Hancock tenía implicaciones monumentales. Si tan solo una civilización desconocida y no identificada hubiera dominado todas las artes de una alta civilización hace más de 12 mil años durante la última edad de hielo y hubiera enviado emisarios para difundir su conocimiento, ¿sería esto posible?

Estas implicaciones llevaron a Hancock a cuestionar más. ¿Quiénes eran estas civilizaciones antiguas y qué les sucedió? Para encontrar respuestas, Hancock volvió a la antigua historia de los siete sabios. Según los relatos, estos sabios fueron tutores de la humanidad, fundaron grandes ciudades y una civilización próspera. Sin embargo, la humanidad eventualmente perdió la armonía con el universo y los dioses, lo que llevó a Enlil, el rey supremo, a decidir aniquilar a los humanos con un diluvio. Antes de que la inundación ocurriera, el hermano de Enlil, advirtió a un hombre llamado Ziusudra sobre el diluvio, instruyéndolo para construir un barco y salvar a sus seres queridos. Lo más importante, Ziusudra enterró tablillas con todo el conocimiento humano en la ciudad del Sol, Sippar, antes de refugiarse en el barco.

Los terrores del diluvio se registraron en las palabras de Ziusudra, describiendo seis días y seis noches de tormenta, viento, inundaciones y la calma posterior. Después del diluvio, los supervivientes fueron instruidos por los dioses a regresar a Sippar, desenterrar las tablillas y compartir el conocimiento para restablecer la civilización. Los discípulos de los siete sabios se convirtieron en una nueva generación de sabios, difundiendo este saber por todo el mundo.

Esta historia del diluvio, no solo se asemeja al relato bíblico de Noé, sino a innumerables historias de diluvios de diversas culturas, donde los sobrevivientes refundaron la civilización. ¿Podrían estas historias ser registros de pueblos antiguos sobre los sobrevivientes de una civilización aún más antigua que enseñó y guió a los pueblos primitivos? ¿Podrían estos bolsos representar las tablillas de conocimiento mencionadas en los textos asirios?

Pero hay un paso más para completar este rompecabezas. La clave se encuentra en Gobekli Tepe, el sitio más antiguo donde se han encontrado tallas de bolsos y donde comenzó la transición de la humanidad de cazadores y recolectores a civilización sedentaria. Durante años, ha habido debates sobre el propósito de este lugar, desde propuestas sobre su función religiosa hasta implicaciones astronómicas.

Sin embargo, en 2017, dos científicos, Martin Sweatman y Dimitrios Cicritis, presentaron una explicación más convincente. Sugirieron que el famoso Pilar 43 en Gobekli Tepe era un marcador de tiempo para un evento aterrador en la historia de la humanidad: el impacto de un cometa. Según su teoría, los animales representados en la talla eran zodiacales y las líneas onduladas y los cuadrados, fragmentos del cometa cayendo a la Tierra.

Sweatman y Cicritis encontraron que las constelaciones representadas en la talla coincidían con el año 10.950 a.C., el momento del evento conocido como el Joven Dryas. Este evento sumió gran parte del mundo en condiciones de la edad de hielo, con tsunamis y desastres masivos. Aunque se conoce la existencia del Joven Dryas, su causa exacta ha sido objeto de debate científico. Según estos científicos, Gobekli Tepe ofrecía la respuesta: los supervivientes conmemoraron el fin del Joven Dryas y la restauración de la civilización en este lugar, registrando la fecha del cataclismo en el Pilar 43.

Esto implicaría que hubo una civilización antigua anterior al Joven Dryas, capaz de tales logros astronómicos y con la capacidad de dejar un registro detallado. Observando nuevamente los bolsos en la talla del Pilar 43, podría representar a los supervivientes del Joven Dryas, miembros de una raza más antigua que comenzaron de nuevo la civilización después del cataclismo y difundieron su conocimiento por todo el mundo.

Las evidencias de estos antiguos portadores de conocimientos están contenidas en los tallados de bolsos que se encuentran en diversas culturas. Para aquellos interesados en explorar más sobre esta civilización que sobrevivió al Joven Dryas, un buen punto de partida sería investigar nuestro video al respecto.